domingo, 6 de noviembre de 2011

Curiosa actitud, ¿esperanza?

Después de meses de no pasar por estos lares, y con una extraña certeza de ser leído por alguien, regreso a mi, hoy, algo más amigable silla de metal que ahora está provista de una especie de alfombra multicolor que la hace lucir un tanto cálida; reubicado ahora en un enorme escritorio de eucalipto frente a mi cigüeña de cuatro patas y a mi barco embotellado, alejado de las frías ventiscas que se cuelan por debajo de mi puerta, debo confesar, como seguro ya es evidente, que me encuentro algo más animado que de costumbre.

Es extraño que pese a que mi situación no haya mejorado me encuentre así, imagino que estaré invadido por una repentina oleada de optimismo,  pues sé que se avecinan momentos duros, muy duros, que en unos meses pasarán a ser parte de mi día a día; también sé que no estoy listo para parte importante de este trajín. Tal vez es que en el fondo soy consciente de que, como ocurre a menudo, las situaciones  difíciles nunca son tan insuperables ni devastadoras como uno imagina, que por el contrario nos encontramos casi de fábrica preparados para afrontar dificultades y situaciones penosas, que nuestra "animalidad" nos ayuda a superar. Curiosamente no debe ser por esta animalidad que me encuentro así, sino porque gracias a mi despistado córtex estoy reparando en ella.

Curioso también es que pese a que siempre reparo en que dejar mi solitariedad me afecta casi fundamentalmente, parece ser que, pese a ésto, hay un efecto colateral que no advertí hasta hoy, una especie de satisfacción que no termino de explicarme y que es la que, dicho sea de paso, me motivó a dejar constancia en estas lineas de mi peculiar estar de hoy.

Y en este estado me encuentro, aunque con un leve pensamiento pesimista que también debo admitir.

Finalmente puedo resumir que estoy medio lleno de esperanza, casi soñando despierto y que en unos minutos más estaré soñando de verdad, porque mi sueño y la noche son grandes amigos que ya no quieren seguir retrasando su encuentro  pactado, pues aunque él siempre está presente, ella no nos espera... Buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario