miércoles, 24 de febrero de 2016

Un viernes cualquiera

Amanecí teniendo ganas de ser Pedro; no se si mañana pase lo mismo. Fue una mañana tranquila, con los olores y sonidos de siempre, aunque los últimos fueron más calmos. Camino al trabajo observé el viento. El viento y su feliz presencia en los rulos de una agraciada señorita. Tuve la impresión de que ella me sonreía mientras se figuraba que mi agitado aspecto era la mancha impertinente en medio de un hermoso cuadro.

viernes, 19 de febrero de 2016

Con tiempo para hacer perder tiempo

¡Hola!, hola... ¿hola?, como sea, por aquí ando de nuevo y tengo la decencia de anunciar mis próximas acciones —que luego no se me acuse de esparcir tonterías sin precio aviso—.

Esto no es más que el anuncio-advertencia de mi reciente ocurrencia de retomar el blog. De más está decir que continuaré escribiendo cualquier cosa que en principio sólo tiene interés personal, pero —aclaro— que también me parece divertido, interesante o —aveces, quizás— necesario que se pueda leer. Eso, cualquier cosa que puedas leer para dejarlo menos impersonal.

Ya que estamos en esas y sólo por si acaso, también aprovecho para aclarar un punto importante del sentido del blog. Aunque, por momentos, parezca que algunas entradas son sacadas de mi diario personal, en estricto sentido todo ese conjunto de historias es esencialmente ficción. Nacidas tal vez de algún pensamiento o emoción que me pareció interesante y que luego usé como pretexto para construir lo que aquí encuentras.

Eso es todo, en resumen por aquí irán apareciendo mis ocurrencias, sólo ocurrencias mías, así que no esperes ni pidas mucho.