sábado, 30 de octubre de 2010

¿Cambio de actitud?

Será que es posible cambiar nuestra actitud, mejorar nuestros malos hábitos ¿podemos adquirir la disciplina que necesitamos?, como me ha pasado ya otras veces he presenciado una muestra más que el ¡sí se puede! existe, pero sigo pensando que no esta al alcance de los comunes mortales que habitamos el mundo...

Hoy, en una más de mis "involuntarias" y vanas actividades con las que postergo lo ya casi impostergable, observé, al principio sin ningún interés, el juego de vóley entre Japón y Polonia. Todo parecía definido luego de que en los dos primeros sets, aunque con algo de dificultad, Polonia se haya impuesto. Paralelamente pensaba en mi cruda verdad motivada por el momento, no importa lo ordenado y perseverante que seas, ni el tiempo que gastes perfeccionando tus limitadas habilidades, si después de todo te enfrentas a un oponente con más aptitudes naturales, con mayor capacidad natural, con más talento y con una preparación razonable, no habrá mucho que se pueda hacer; de esta forma intentaba justificar mi actitud y recostado en un mueble, casi a punto de dormir, concluía que esto era un especie de selección natural, que estaba bien que los más aptos sean superiores, que a los demás nos tocaba ajustarnos a la situación y pasar una mediocre existencia...

Habré dormido unos minutos antes de que me percate que las japonesas seguían esforzándose, sorprendentemente me parecían más animadas que sus oponentes, no alcanzaba a comprender esta actitud. De pronto el sueño desapareció y estaba sentado solo en una gran sala absolutamente concentrado en el juego, tratando de entender lo que pasaba por la mente de alguna de esas jugadoras, tratando de comprender por qué seguían luchando y hacían hasta lo imposible por ganar; así es como en un momento las japonesas consiguieron ganar el tercer set, quedé sorprendido pero seguía pensando que todo ya estaba decidido. Ya en el cuarto set, por momentos me sentía más sumergido en el juego que los jueces de línea,  mi pequeño mundo interno comenzó a desestabilizarse, el orden, rapidez y tenacidad de las japonesas simplemente me dejaron perplejo, inmovilizado frente al televisor, mientras ellas ganaban el cuarto set y como si el destino se hubiera propuesto llamarme la atención, las pequeñas japonesas lograron ganar el juego, pese a su aparente desventaja física.

Mi pequeño mundo empezó a elevar el valor de la disciplina y el esfuerzo a la hora de intentar conseguir algo, una pequeña luz de esperanza me iluminó por un momento; sin embargo, surgieron algunas cuestiones naturales, de un momento a otro ¿es posible ser tan perseverante?, ¿es posible un cambio de actitud como ese?, para mí es claro que no, si es que no se ha vivido desde pequeños con eso, supongo que se debe tener una determinación increíble para conseguir un cambio de comportamiento como ese, aunque me pareció haber descubierto la forma de conseguir nuestras metas aún siendo poco dotados naturalmente, como no podría ser de otra forma, la forma no es fácil, requiere trabajo duro y constante, cosas que van en contra de mi natural estado de desconcentración, estado que paradójicamente eleva mi cargo de conciencia, cada vez más.

En fin, luego de lo sucedido, comencé a cuestionarme de innumerables formas, traté de responderme, sin mucho éxito, ¿por qué tantas personas actuamos de forma tan autodestructiva? como poseídos por alguna fuerza externa que nos obliga a malgastarlo todo, sin ser capaces de asumir nuestra vida. En ese momento, por $n$-ésima vez, decidí cambiar de actitud, me prometí que intentaría alcanzar ese estado de permanente perseverancia, estado que cuando por momentos lo he alcanzado me trae tanta satisfacción y felicidad, para poder conseguir algunas de mis metas que cada vez se alejan más. Nuevamente prometí que ese cambio empezaría mañana...

Espero que ese mañana llegue algún día, que ese día ya no sea tarde y que mis más queridos sueños no me traigan las más grandes decepciones...

Hasta pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario